Gracias a las vacunas como Súper V nuestras defensas son capaces de vencer a virus y bacterias que hace años provocaban enfermedades muy graves en las personas.
Para ello, Súper V utiliza distintos elementos que tienen diferentes funciones: algunos despiertan nuestras defensas para que produzcan anticuerpos, otros atraen a otras defensas para que ayuden a derrotar al enemigo, y otros ayudan a Súper V a ser más fuerte durante más tiempo y vencer a otras bacterias y hongos que quieran contaminarla.
Pero, a veces, nuestras defensas se confunden y piensan que estos compuestos extraños no quieren ayudarnos, sino atacarnos, por lo que se activan e intentan eliminarlos. Cuando esto sucede, decimos que se ha producido una reacción alérgica a la vacuna.
La mayor parte de estas reacciones no son peligrosas. Pueden causar algo de dolor, enrojecimiento o inflamación y desaparecen rápidamente. Pero otras veces, pueden producirse reacciones más graves.
Por eso, si el médico sospecha que puede ocurrir una reacción alérgica, evaluará si los beneficios de protegernos frente a una enfermedad son mayores que las reacciones que puede provocarnos la vacuna, es decir, tendrá que evaluar el riesgo-beneficio de la vacunación. Si este riesgo es muy elevado no podrás vacunarte y, por lo tanto, no estarás protegido de las enfermedades que se pueden prevenir por vacunación. Pero, ¡no tienes por qué preocuparte! Como Súper V es muy poderosa, es capaz de protegerte aunque no ayude directamente a tus defensas. Existe una protección de grupo que se consigue cuando muchas personas se vacunan frente a una enfermedad, por lo que la persona alérgica tendrá menos probabilidades de contagiarse.
Referencias: